Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1887-1888 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 11 de abril de 1888
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Muro
Número y páginas del Diario de Sesiones: 90, 2370
Tema: Amnistía para todos los complicados en los últimos sucesos políticos

Voy a decir muy pocas. El Sr. Muro se empeña en sostener que son iguales el hecho actual y los del año 62, y no hay semejante igualdad. En primer lugar, yo no me encontraba en la posición que se encuentra ahora S.S.; porque si bien es verdad que no combatí la amnistía que se dio por los sucesos de San Carlos de la Rápita, yo no la pedí, ni la hubiera pedido; me la encontré dada, y como individuo de la oposición, no había de combatir una amnistía que el Gobierno había propuesto en uso de su derecho. Pero existe además otra diferencia: en aquella ocasión, dada la amnistía para un hecho, era equitativo concederla para el otro, al cual daba yo mucha menos importancia, porque el hecho de Loja, comparado con el de San Carlos de la Rápita, para mí no valía nada; mientras que por su significación, por las personalidades que habían intervenido en él, y sobre todo por su carácter militar, tenía extraordinaria importancia el suceso de San Carlos de la Rápita. Por tanto, mi argumentación es ésta: si habéis concedido la amnistía para los de San Carlos de la Rápita, dadla también para los de Loja.

En ese concepto, y bajo esta tesis, hacía las consideraciones generales que para apoyarla necesitaba hacer, y decía que cuando los Gobiernos vencen sin resistencia, con gran facilidad, una sublevación, y sobre todo si la sublevación no ha dejado rastro ninguno, los Gobiernos deben ser clementes. Esto dije entonces, y esto repito ahora; y si las circunstancias fueran las mismas, hoy el Gobierno sería tan clemente como yo aconsejaba a aquel Gobierno que lo fuera, y todavía lo sería más, si no pensara en las víctimas de la sublevación; que todas esas cosas deben tenerlas en cuenta los Gobiernos, como las tiene muy en cuenta la opinión pública.

Por último, yo no he querido hacer distinción entre los paisanos y los militares, porque no he tratado ni trato de regatear estas cosas, ni creo que se pueden tratar al detalle, al pormenor, los hechos personales aislados. En esto el Gobierno se reserva, naturalmente, dentro de las leyes, hacer todo lo que pueda; pero ahora se trata de un hecho general y de la resolución que el Gobierno puede proponer a las Cortes; y así planteada la cuestión, yo le digo al señor Muro que el Gobierno ha de apreciar la oportunidad de esa resolución, y la ha de apreciar por la atmósfera que haya y por el sentido general de la política del país. Y me parece, por lo que observo en el seno de la propia minoría republicana, que la atmósfera no se presenta favorable para la realización de los deseos de S.S. (El Sr. Pedregal pide la palabra); y como no la encuentro favorable, el Gobierno no le puede dar a S.S. seguridades de lo que hará, ni de cuándo lo hará. [2370]



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